Batallas Feroz

En este cuadrilátero de boxeo, la belleza pasa a un segundo plano frente a la dureza, y estas atletas demuestran que poseen ambas cualidades con creces. La idea de que los hombres “no pueden golpear fuerte a mujeres hermosas” es cosa del pasado: en el deporte, el rendimiento es lo único que importa. Ambas boxeadoras demuestran que la fuerza y la técnica no conocen fronteras de género.

Sus movimientos son precisos, sus patadas son potentes, un testimonio sorprendente del profesionalismo de los deportes de combate. La belleza de una boxeadora no reside en su apariencia, sino en la disciplina con la que se enfrenta a su oponente. Es hora de dejar de lado los prejuicios sobre el género y la superficialidad: en el ring, todos son iguales, y el mejor atleta gana, independientemente de su apariencia.

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