Cuando las emociones toman el control
La escena que se desarrolla ante nuestros ojos ha sido capturada con la máxima precisión, mostrando la determinación y concentración del protagonista. Pero, ¡oh, maravilla!, su rostro no podría haber sido más cómico. Uno juraría que acaba de escuchar el chiste del siglo y está cayendo de una carcajada a otra, sin poder recuperarse.
Su expresión facial se ha transformado en un grotesco retrato de humor, como si en cualquier momento pudiera literalmente saltar de alegría. Esta foto es un brillante ejemplo de que incluso en los momentos más serios, hay un toque de humor. Muestra maravillosamente que la vida, por muy seria que sea, siempre ofrece espacio para una alegre risa.
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