Conversación profunda y significativa

Su conversación estuvo cargada de emoción, ambos reflexionando profundamente sobre el bienestar de sus hijos. La voz de Julian se quebró con una emoción cruda al hablar. “Se merecen tener a ambos padres cerca”, dijo, con los ojos llenos de lágrimas contenidas. El corazón de Elara se encogió, el peso de años de soledad oprimiéndola. Ella asintió lentamente, sus propios sentimientos reflejando los de él. “Sí, lo hacen”, asintió suavemente.

Julian, con voz llena de determinación, extendió la mano para tomar la de ella, un gesto tanto tentativo como sincero. “Podemos hacer que esto funcione”, dijo con tranquila convicción. Elara le apretó la mano a cambio, un atisbo de optimismo cauteloso iluminando su corazón, algo que no había sentido en años.

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