Una Conversación Tranquila
De vuelta en el hospital, el padre encontró a la enfermera que había estado presente durante el parto y le preguntó si podían hablar en privado. Ella lo siguió a un pasillo tranquilo donde él le confesó su inquietud. “Sé que suena extraño”, admitió, “pero necesito preguntarle sobre cualquier cosa que pudiera haber salido mal”.
La enfermera escuchó con una expresión seria, asintiendo mientras él hablaba. Después de una pausa, dijo: “Nada me llama la atención de esa noche”. Pero él no estaba satisfecho. Inclinándose, suplicó: “Por favor, piense con cuidado. Incluso la cosa más pequeña podría ayudarme a entender”.
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