La aventura del asiento trasero del barco

Desafiando el habitual y sereno deslizamiento de los barcos sobre el agua, aquí tenemos una embarcación realizando un ‘caballito’ improvisado, todo gracias a la traviesa distribución del peso de tres muchachos en la parte trasera. Es una escena que doblega hilarantemente las reglas de la etiqueta náutica. Los chicos, sentados en la popa, han convertido sin querer su barco en un acróbata acuático.

La proa se eleva majestuosamente, como si quisiera alcanzar el cielo, mientras que la popa se sumerge en el agua como un pato buceando en busca de peces. Es un espectáculo que combina la emoción de una montaña rusa con la tranquilidad de un lago, dejando a los espectadores en una mezcla de asombro y diversión.

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