Exterminador de Chicles

Las ciudades contratan especialistas para quitar chicles de las aceras y espacios públicos usando pistolas de vapor caliente, raspadores y solventes. Es pegajoso, asqueroso y de alguna manera interminable. La gente lo pisa, lo escupe y lo aplasta en rincones imposibles. Y tú eres quien lo limpia.
La mayor parte del día se pasa luchando contra masas endurecidas que se han fusionado con el concreto como un fósil impío. Tus enemigos son rosados, mentolados y engañosamente pequeños. ¿Pero la satisfacción de pulverizar 200 chicles viejos hasta el olvido? No tiene precio… si ignoras el olor.
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