Probador de muebles

Algunas empresas contratan personas para sentarse, acostarse, rebotar e incluso forcejear con muebles para probar su durabilidad y comodidad. El trabajo suena acogedor hasta que te das cuenta de que es repetitivo, implica posiciones extrañas y a menudo incluye levantar objetos pesados seguido de… más sentarse.
Al principio, que te paguen por relajarte en sofás suena como un sueño. Pero después de tu 70.ª “prueba de rebote” en una fábrica sudorosa, se convierte más en un entrenamiento suave que en un lujo. Y cuando tus compañeros de trabajo empiezan a apodarte “el Susurrador de Sillas”, sabes que la cosa ha ido demasiado lejos.
Advertisements
Advertisements