Sexador de pollos

Este trabajo requiere identificar el sexo de los pollitos recién nacidos a la velocidad del rayo: cientos por hora. No hay descansos, y sí, te pasas el día mirando culitos de pollo. La precisión es crucial, porque los errores cuestan mucho dinero a las granjas. Sin presión.
Es una ciencia repetitiva y de alto riesgo. Aunque el entrenamiento puede llevar años, el agotamiento es real. Algunos sexadores de pollos desarrollan fatiga visual crónica o calambres en las manos, y otros empiezan a soñar con pollitos. Si tu trabajo implica la anatomía aviar como tu principal habilidad, es hora de preguntarte: ¿es esto realmente lo que imaginabas cuando eras pequeño?
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