Amor por los videojuegos
Como la mayoría de los niños, los septillizos —especialmente los chicos— desarrollaron un amor por los videojuegos. Podían pasar horas inmersos en sus mundos digitales.
Bobbi y Kenny esperaban que fuera una fase que superarían, pero como muchos padres saben, la obsesión por los videojuegos tiende a perdurar.
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