Reconociendo la fortaleza de Elara

Julian miró a Elara con genuina admiración. “Has hecho un trabajo increíble”, dijo, con su voz llena de respeto y asombro. El peso de sus palabras quedó suspendido en el aire, y Elara, sorprendida por la sinceridad, sintió un alivio invadirla.

Ella se sonrojó ligeramente, una suave sonrisa asomando en las comisuras de sus labios. “Hice lo que tenía que hacer”, respondió en voz baja. El respeto de Julian por ella se profundizó, y él habló con un renovado sentido de propósito: “Quiero estar ahí para ellos ahora”. Sus palabras, llenas de seriedad, conmovieron a Elara, y su corazón se calentó con su recién descubierta sinceridad.

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