La verdad al descubierto

Elara respiró hondo, reuniendo el coraje para revelar el secreto que había guardado durante una década. “Adopté a los niños de Sara, quien estaba desesperada”, confesó.

El mundo de Julian pareció tambalearse. “¿Adoptados?”, repitió, aturdido por la revelación. La magnitud del sacrificio de Elara comenzó a calar en él: había asumido una inmensa responsabilidad mientras mantenía la verdad oculta para proteger a todos los involucrados. La habitación quedó en silencio, el peso de su confesión flotando pesadamente entre ellos.

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