El impacto del aislamiento

La soledad de Julian empezó a pasarle factura emocional. A menudo se encontraba sentado solo en su apartamento, mirando las paredes, abrumado por el peso de su aislamiento. Los eventos sociales ya no le atraían.
“Debería estar feliz”, pensaba para sí mismo, pero la realidad distaba mucho de serlo. Su trabajo empezó a resentirse y sus interacciones se volvieron robóticas. El silencio en su vida se hizo más fuerte y la tensión emocional comenzó a nublar su juicio.
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