El arrepentimiento de la enfermera


La enfermera que inicialmente había minimizado el apagón fue llamada. A medida que se revelaban los detalles del error, su rostro palideció de culpa. “Nunca pensé que algo así pudiera pasar”, dijo suavemente.

“Debería haberlo comprobado con más cuidado”, añadió, con la voz cargada de remordimiento. El padre la observó con emociones encontradas. Aunque su disculpa era sincera, no podía deshacer el dolor causado. Lo que necesitaban ahora era una solución, no arrepentimiento.

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