Su Tranquila Esperanza


A pesar de la dolorosa incertidumbre, la esposa intentó mantener la esperanza. Abrazó a su hija con fuerza, estudiando cada centímetro de su pequeño rostro y sus dedos, buscando señales de conexión. “Solo quiero que sea nuestra”, se susurró a sí misma.

Pero la duda la carcomía. “No encuentro la marca de nacimiento”, le dijo a su esposo entre lágrimas. Aun así, se aferró al amor que sentía, esperando que lo que revelara el ADN no cambiara lo que ya estaba en su corazón.

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