Charla honesta con su hijo


A medida que los resultados del ADN se acercaban, el padre supo que tenía que hablar seriamente con su hijo. Encontró al muchacho sentado tranquilamente en su habitación y se sentó suavemente a su lado. “¿Puedes ayudarme a entender por qué crees que ella no es tu hermana?” preguntó en voz baja. El muchacho levantó la vista sin dudarlo.

“Hay algo que simplemente no se siente bien”, dijo con firmeza. Sus palabras no eran de enojo, venían de un lugar profundo e instintivo. El padre no lo desestimó. En cambio, escuchó atentamente, sintiendo que este momento podría contener una pieza oculta del rompecabezas que aún no había considerado.

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