Desvelando una duda compartida
Durante uno de los encuentros casuales, una madre dudó antes de hablar. “Nuestro bebé… no se parece mucho a ninguno de nosotros”, admitió en voz baja, con un tono inseguro. Esa confesión captó al instante la atención del padre, ya que reflejaba sus propias preocupaciones.
Intercambiaron información de contacto con una sensación mutua de inquietud. Para el padre, esta revelación era más que una coincidencia: era una pista potencial. Por primera vez, sintió que no estaba solo en sus sospechas.
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