Pasos secretos tomados
Finalmente, la incertidumbre del padre se volvió insoportable. Una tarde, al amparo de la oscuridad, salió sigilosamente de la casa y condujo hasta la farmacia más cercana. Le temblaban las manos mientras compraba el kit de prueba de ADN.
Guardó la caja bajo su chaqueta, sintiendo a la vez culpa y alivio. Esto era algo que no podía discutir, todavía no. Pero en el fondo, sabía que tenía que afrontar la verdad. Independientemente de lo que revelaran los resultados, necesitaba saberlo, por su hijo, por él mismo y por su futuro.
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